10/11 Lone Pine Koala Sanctuary

El jet lag me ha dejado dormir unas 10 horitas, con una pausa a las 4 de la madrugada que he utilizado para mirar el twitter de @equipsdesuport (follow us!).

Nos vamos al zoo de Brisbane, el Lone Pine Koala Sanctuary (o Santuario de Koalas del quinto pino). El autobús que llega hasta allí es el 445. El número lo lleva delante en una pantallita digital, aunque por la manera de conducir del chófer, debería llevarlo pintado en los laterales, en los alerones y en el mono de carreras. El recorrido dura cuarenta minutos; si conduces tu propio coche aproximadamente una hora y media.

Se trata de un zoo de animales exóticos. Bueno, autóctonos. O sea, exóticos para nosotros pero autóctonos para los de aquí.

Hay koalas, canguros, koalas, wombats, koalas, ornitorrincos, koalas, demonios de Tasmania, koalas y un señor que te hace fotos con los koalas. Y que te las cobra. Vaya si te las cobra.




Los wombats son unos hamsters que confundieron la manguera del agua con la de inflar los neumáticos. Os pongo un vídeo para que Laia lo disfrute. Se ha descubierto que las orejas no les sirven para oir, sino para que las personas sepamos donde tiene la cabeza y donde la cola.

Sueltos por el zoo hay un montón de pájaros y muchas iguanas. Está en mitad del bosque y muy integrado con la vegetación, así que no es raro.




Hay un vallado enorme donde puedes dar de comer a los canguros. No cualquier cosa, porque siguen una dieta muy, pero que muy estricta. Única y exclusivamente pueden comer la mierda de pienso que venden a $2 en la tienda...




Cuando se te acerca uno grande da hasta cosita, porque tienen unos brazos musculadísimos. Y cuando te comen de la mano te la lamen toda, excepto si vienen dos a la vez que entonces notas los dientes. Son muy suaves, más que los koalas.




El ornitorrinco (platypus en australiano) es... raro. Lo tienen en unos acuarios enormes en semipenumbra y aunque se les ve bien, es dificilísimo hacerles una foto. Además son supermovidos y no se están quietos ni un momento.






El demonio de Tasmania se deja ver poco...




Koalas... Koalas everywhere...




También vemos una exhibición de aves rapaces que hacen volar entre el público y otra de ovejas y perros pastores. Aquí flipan porque el perro hacia caso al entrenador. Si vieran concursos de gossos d'atura... Al final, te explican lo poco que vale la lana de las ovejas y para que veas lo que cuesta sacarla, te esquilan una allí mismo.




Para la foto con el koala pagas un dinerillo (yo pensaba que por el precio que pagas podrías llevarte el koala después, pero no) y te explican como debes ponerte, te ponen el bicho en los brazos, te hacen la foto y se ofrecen a hacerte la foto también con tu propia cámara. Te dejan acariciarlo sin agobios. No está del todo mal...

¿Y la foto de la comida?
Pues hoy no hay. Hemos tenido que comer muy rápido para no perdernos ningún show de los que hacían y se nos ha olvidado...

Hay más bichos, pero tampoco es cuestión de cansaros, porque sólo aquí he hecho unas 300 fotos.

Tomamos el bus de vuelta a Brisbane y el conductor también le pisa a gusto. Serán las curvas, pero me agarro a la barra de tal manera que una turista se hace una foto conmigo pensando que yo era un koala.

Ya en la ciudad nos damos un paseo por la zona de tiendas. Hay un negocio de gofres que tiene un nivelazo impresionante:




En una tienda de souvenirs encontramos esto:




Un monedero hecho con la piel de los testículos de un canguro. Con dos cojones.

Suficiente por hoy. Hasta mañana.


Juan Carlos