Después de la lluvia de ayer, la previsión del tiempo daba un 90% de posibilidades de lluvia. La suerte nos acompaña y en dos días no sólo no caerá ni una gota sino que comprobaremos que el protector solar australiano sólo es efectivo si te lo pones, no basta con echarlo a la mochila.
Nos recogen en el hotel a las 7:20h. SIETE y veinte. De la mañana. ¿Qué no entienden del concepto "vacaciones"? Un autocar va recogiendo a los que van a la isla por todos los hoteles. Embarcamos en el ferry y al llegar al otro lado nos juntamos con el guía de nuestro grupo.
Resulta que a pesar de tener una audioguía en castellano reservada, pues no les queda ninguna. Jodete y baila. Pero no te preocupes que no nos descuentan ni un dólar. Cabrones. Lo siento, pero me joden estas cosas.
Nuestro guía lleva un autocar todoterreno. No hay nada asfaltado en la isla y la playa de las 75 millas se conoce como Beach Highway o autopista de la playa. El resto de vehículos que se ven son todoterrenos normales o camiones 4x4 como lo que utilizan los bomberos forestales pero con cabina para varios pasajeros. Mola.
El guía es un cachondo y muy enrrollado. Nos lleva por sitios que el resto de guías no, o eso nos dice. Más tarde nos da un papel para valorar la excursión, incluido él.
El primer destino es el lago Mckenzie, una de las dos principales atracciones de la isla.
Sí, el agua es turquesa, muy bonito. Sí, la arena es blanca, muy bonita también. Pero estos no han estado nunca en cualquier cala de Menorca. El agua está fría y empiezo a pensar que igual no hacía falta haber aprendido a nadar...
La segunda visita es una caminata por un bosque tropical. Cojemos un camino diferente al resto de grupos, que van por una pasarela de madera que hace un recorrido circular, que termina donde empezó. Nuestro guía nos indica un camino que va paralelo a un riachuelo y el nos recoge con el autocar al final. La experiencia es más auténtica y la sensación es de aventura total, aún sabiendo que estamos siguiendo un caminito marcado.
Los árboles son altísimos, hay muchísima vegetación. Las lianas se enredan con las raíces y las ramas de los árboles en caprichosas formas. Se oyen cantos de pájaros que no habiamos oído nunca (claro, es la primera vez que venimos a Australia).
Vuelta al autocar y otro paseíto por las pistas. La verdad es que es divertido. En un momento dado, el guía hace levantar las manos a todos hacia arriba, muy arriba, justo antes de coger un gran badén que nos hace sentir como en una montaña rusa.
Llega la hora de comer. A toda castaña. Una hora para comer y luego a seguir. Definitivamente, hay que exportar el concepto siesta.
La comida, que viene incluída en el precio de la excursión, es un buffet libre sorprendentemente bueno. Como me gusta respetar las tradiciones universales y las costumbres locales, me tiro a comer de todo y en cantidad, que para eso es un buffet libre.
Vuelta al autocar (¡qué estress! Me parece que no lo han entendido.... v-a-c-a-c-i-o-n-e-s). Unos cuantos baches nos llevarán, a través de la 75 Mile Beach, al inicio de una senda que lleva al lago Wabby.
Esto ya es de traca... 2'5km (de más de 1.000 metros cada uno, o eso me parece a mí) por una senda de arena de playa que va subiendo, subiendo, subiendo y que habrá que caminar de vuelta, calzado con unos zuecos de esos de goma con agujeritos. Unos "clocs" (son una copia china). Y además la mochila con el equipo fotográfico y demás, unos 6kg de peso. Y todo porque al final hay un lago. ¡UN LAGO! Y no aquel donde se bañaban Brooke Shields y el guaperas rubio. No. Un lago normalito (sí, bonito, pero sin pasarse). El agua está tan fría que seguro que estudiándola hay microorganismos que ya se han extinguido y aquí siguen, congelados.
Y encima hay que volver. El guía insiste en que no podemos abandonar el camino, puesto que es peligroso, entre otra cosa por la cantidad de Dingos (muy parecidos a perros) salvajes que hay por la isla. A ver si
A las 7 de la tarde ya estamos cenando. La cena es un buffet buenísimo de comida mexicana. Ceno por encima de mis posibilidades, pero hay que recuperar fuerzas.
Fuerzas no he recuperado muchas, pero sueño tengo para repoblar la isla entera. Así que a dormir, que además tampoco hay wifi y habrá que juntar dos días en uno.
Pero... pero... ¿Ya son las 6:30h? ¿Ya toca desayunar? ¡Si aún no he hecho la digestión de la cena!
El sol sale a las 5h y se pone a las 17:30h aproximadamente, así que hay que aprovechar el tiempo. El primer sitio que visitamos es The Pinnacle, una formación arenosa donde se observa como la tierra adquiere diferentes tonalidades en función de los minerales ferrosos que contiene. O sea, arena de colores. Ahora ya sé de donde sale la que usan para rellenar esas botellitas de los puestos de souvenirs.
Os dejo un pequeño vídeo para que veáis como es lo de ir por la playa. ¡Atentos a la música de fondo! Resulta que el conductor es fan de Willie Nelson y me ofrece $1.000 por mi bandana de Willie. Ni de broma.
Seguimos hacia las Champagne Pools. Para llegar hasta allí recorremos toda la 75 Mile Beach. Es una gozada ir con el autocar por la playa, tocando las olas.
La mujer que llevamos sentada delante de nosotros empieza a gritar de repente: ¡Bingo, bingo! Yo me quedé extrañado, porque no había oído cantar línea. Será una variante australiana. AH, DINGO!! Que ha visto dingos en un lateral. Paramos el autocar y sin bajar (no sólo está prohibido, sino que aunque parezcan perros bonitos, son peligrosos) podemos ver estos bichillos. Preciosos.
Más adelante encontramos otros bichillos más peligrosos: en la playa hay dos avionetas y el chófer para junto a ellas por si queremos hacer un vuelo de 15min que, oh casualidad, cuesta normalmente $300 pero por ser nosotros nos lo dejan a $150. Va a ser que no, gracias. No me gusta que me atraquen.
Las Champagne Pools se llaman así por ese color a
Junto a esto hay un acantilado algo chungillo de subir con calzado playero. Indian Head se llama. El guía nos advierte que es el sitio más peligroso de todo el viaje y que nos alejemos del acantilado. La vista es espectacular y llegamos a ver tortugas, rayas, delfines y tiburones. Alucinante.
Siguiente parada: picnic. Le aseguro a Ingrid que con el solazo que está cayendo, a ninguna empresa seria se le ocurriria darnos la comida en mitad de la playa, de pie y a pleno sol.
Y tenía razón.
Lo hacen a un lado de la playa, de pie y a pleno sol. Nosotros, como buenos aventureros que hemos viajado por el desierto en 4x4, aprovechamos la sombra del autocar para sentarnos en una toalla junto a la rueda a comernos ... ¿Cómo? ¿Un bocadillito vegetal y un zumo de naranja? ¿Pero esto qué eeeeeeeeeeeees?
Al menos dejan repetir... Si no es muy bueno, al menos que sea mucho.
Llegamos a uno de los sitios que más me interesaba, fotográficamente hablando: el Maheno Shipwreck.
El Maheno era un barco que naufragó aquí y aquí se ha quedado. Y cómo no se paga zona azul ni nada, ahí está todavía. La verdad es que fotográficamente no le he sacado mucho jugo porque la parada fue minúscula, pero ¿y lo que aprenderé de photoshop para borrar a toooooooodos los guiris que había? Que suplicio...
La verdad es que daría un brazo por venir a hacer una nocturna aquí y sacarlo con la vía láctea de fondo. Pero con un sólo brazo no podría aguantar la cámara...
Llegamos a Eli Creek. A ver como explico esto... Es un riachuelo de poca profundidad y no muy ancho que baja serpenteando (no es que serpentee, es que la tierra se aparta de lo fría que está el agua) hasta el mar. La gracia está en ir hasta el principio, tumbarse en el suelo y bajar medio nadando, medio reptando. Yo opto por hacerlo medio de pie, medio andando porque el agua está helada. Ni a medias ni nada. Helada.
Cuando empezamos esta excursión, nuestro guía nos dijo que la disfrutáramos porque se iba a pasar muuuuy rápido. Cuanta razón...
Juan Carlos
Rapidíssim, justets 5 minuts, hehehe.
ResponderEliminarMira que voler-te comprar el record d'en Willie.
Lo de dinar a l'ombra del bus molt bé, es nota l'experiència del Marroc, hahaha.
Ramon i Lluïsa
Quina canya d'excursió. Els colors que es veuen a les fotos son magnífics. El que heu de fer es patentar la migdiada australiana i forrarvos jajaja
ResponderEliminarBonita excursión.....dormir no dormireis pero comer no parais eh !! GUARDAR UN POCO DE HAMBRE PARA FIN DE AÑOOOOOOOOOOO
ResponderEliminarJa ja ja.com he rigut amb el tema de que no feia falta apendre a nadar perquè l'aigua està congelada.... Ja ja ja
ResponderEliminarQuins paisatges.... I de vacances res de res, a aprofitar i exprimir el temps al màxin ;))))
Carol
Esa fotografía con los pies en el agua, me estaba imaginando la película de Cocodrilo Dundee. De todas formas Juan Carlos, tanto ir a natación y solamente te atreves hasta un poquito más de los tobillos. Yo que esperaba una fotito junto a un cocodrilo de cinco o seis metros. :))
ResponderEliminarEusebio