lunes, 30 de noviembre de 2015

27 y 28/11 Uluru (Ayers Rock)

Madrugamos mucho para cojer un avión que nos llevará hasta un aeropuerto en mitad de Australia, concretamente en el Outback o desierto australiano, donde no hay nada ni nadie en muchos kilómetros a la redonda (ni a la cuadrada) para poder ver una piedra. La roca. Uluru.

Lo único que hay es Yulara, un pequeño resort de habitaciones compartidas. En nuestra habitación hay 2 literas, dos enchufes y dos estanterías. Hay otras en las que no compartes la habitación, sino la cuenta corriente con el dueño del hotel.

La roca (Uluru en aborígen o Ayers Rock en colonizador) atrae con tal fuerza que ya en el avión la azafata advierte que se verá por la izquierda y todos se preparan a sacarle fotos. Sí, la vamos a ver mucho, estará constantemente en el horizonte, caminaremos alrededor de ella (los aborígenes piden que no subas, para ellos es sagrada) y visitaremos todos los miradores para las salidas y puestas de sol. Pero si la ves, la fotografías.













Es una gran roca, donde una cobra tanta importancia como gran. Porque es una sola roca. Enorme.

En el aeropuerto recogemos a Cay. Es un Toyota Corolla algo viejuno que nos servirá durante estos 3 días para ir y venir a los distintos miradores y a las Olgas (en aborígen Kata-Tjuta) que están a 50km. Habíamos reservado uno más pequeño, pero por suerte no quedaban y nos dan un modelo superior.

Llegamos al resort y nos dan nuestra media habitación. Una litera. De momento no parece que tengamos compañeros, ya veremos.

Entre las 11h y las 16h sólo hay dos cosas: calor y moscas. De temperatura llegamos a rozar los 40º y de moscas llegamos a rozar varios cientos de ellas. Es una variedad conocidad como puta mosca dentro de la subespecie mosca cojonera. Por suerte hemos venido preparados.

Para aprender un poco sobre la cultura aborígen, vamos a una charla sobre las herramientas de caza que usaban, que resulta interesantísima. Ahora resulta que no cazaban con boomerang. Bueno, sí, pero no con uno de esos que vuelve al sitio. Usaban unos con uno de los extremos más largos y con ellos rompían algún hueso de lo que iba a ser su cena. Por eso no volvían, para no partirse la mano al cogerlo. En la foto son el segundo y el último, contando desde la izquierda.













El penúltimo por la izquierda es parecido a una pala de cricket y servía para impulsar la lanza (como una arco y una flecha pero sin cuerda), a la que le ponínan una punta punzante con una ramita haciendo de anzuelo para que no se desenganchara al clavarse.

Aunque la cultura aborígen en particular y el sitio en general dan para mucho, la gente viene aquí a dos cosas: a ver la puesta de sol sobre Uluru y a ver la salida del sol sobre Uluru. Si tienes algún día más, vas a Kata-Tjuta. Para hacer tiempo hasta la puesta de sol, nos vamos a comer y yo me pido...

Hamburguesa, sí, pero de canguro. Sabe como a fricandó pero suavecito. Que no os de pena porque el otro día nos contaron que aquí los matan a mansalva porque se les comen la cosecha.

Sigue preocupantemente nublado. Se acerca la hora de la puesta de sol y... no pinta bien. Incluso el pronóstico del tiempo dice que habrá lluvias ligeras. Aún así nos vamos, como todo el mundo, a la plataforma para ver la puesta de sol. No os vayais a creer que aquí cada uno la ve donde quiere. Ni hablar.


























Uluru impresiona. En un desierto totalmente plano, de repente, un monolito de piedra enoooooooorme. Normal que sea sagrado para los aborígenes. De repente, en los últimos minutos de la puesta de sol se abre una grieta en las nubes que nos permite intuir esa explosión de color rojizo que sufre la roca cuando el sol está bajo y que atrae a tanta gente a echarle fotos y más fotos.


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Resulta que Uluru es uno de los mejores sitios del mundo para ver el cielo nocturno, porque no hay prácticamente contaminación lumínica. Pues justo HOY, hay luna llena. Así que de ver estrellas y fotografiar constelaciones, ni hablar. Aún así, de vuelta vemos que aún no ha salido aunque ya despunta y aprovecho para echar cuatro fotillos para quitarme el mono.




















Cenita ligera (pizza y pasta, nada de hamburguesas) y a dormir tempranito, que mañana hay que ver la salida del sol, que han decidido que sea a las 5 y pico...













¡Anda, si tenemos compañía! Y son dos chicas. Y Checas. Dos chicas checas. Les digo "¡Chócala!" pero no lo pillan. Mejor.

A las 4:30h suena el despertador. Aquí ponen las calles muy pronto, porque esto es un hormiguero de gente, todos de camino a la plataforma de salida del sol (en el lado opuesto a la de la puesta). Todos van cogiendo posiciones y preparando las cámaras, girándose para calcular cuanto falta para que el primer rayo ilumine la roca sagrada. Parece una peli de Indiana Jones...

El espectáculo no defrauda. Uluru, lila hasta hace un momento, se vuelve roja, luego naranja fuego y va suavizándose hasta el ocre.




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Kata-Tjuta desde Uluru













Rápida desbandada de los que miran, de golpe estamos solos. Y más de golpe aún estamos acompañados y no dejaremos de estarlo hasta que caiga la noche. Han vuelto las putas moscas.

A las 8 hay un pequeño recorrido por la base de Uluru en el que un guía va dando explicaciones de lo que hay. Como hay cartelitos que lo explican y casi hay más guiris que moscas, nos avanzamos en solitario. Hay diferentes cuevas, pequeñitas, que eran usadas para diferentes cosas. Esto es el techo de la escuela.













Hay algunos trozos más sagrados que otros donde no se puede (y no lo hicimos) fotografiar. La lengua aborígen tiene, a veces, un inquietante parecido con el castellano.













Esta es la cueva de los hombres, donde se fabricaban las herramientas y se enseñaba a los críos a cazar.













Aunque hoy por hoy está permitido subir a Uluru, está previsto que se prohiba en unos años, por respeto a la cultura aborígen, quienes te piden que no subas, que no es eso lo que hay que ver aquí, de facto está casi prohibido, porque cuando no lo cierran por el calor lo hacen por las nubes o por otro motivo. En la foto se aprecia el camino y la barandilla que se usa para subir.













A 50km está Kata-Tjuta, una formación rocosa que, dicen, está conectada con Uluru. Tal vez es más bonita que Uluru, pero menos peculiar. De camino hay un mirador donde, si no se te comen vivo las moscas, se puede ver un bonito perfil.













Hay nubes. Hoy anunciaban tormenta eléctrica. A ratos el cielo se rompe y un pequeño rayo de luz nos recuerda por qué hemos venido hasta aquí.













Vamos justitos de tiempo y apenas nos adentramos un poco por uno de los caminos, donde al final hay un minirío (en invierno).













De ahí nos vamos al lugar reservado (ya véis la cuerda en el suelo para que no pises lo que no debes) para la puesta de sol.













Kata-Tjuta nos gusta. ¿Más que Uluru? Es difícil decidir. De vuelta al hotel (donde, ¡aleluya!, no tenemos compañeros de habitación) el perfil de esta montaña nos recuerda el porqué es sagrada. O mágica.













Sí, sí, todo muy bonito, pero hay que cenar. Descubrimos que en un bar del resort tienen unas barbacoas en las que puedes hacerte la carne que les compres a ellos y acompañarla con un buffet libre (libre y triste, la verdad). Así que compramos unos pinchos de canguro y a cenar.




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A cenar y a dormir, que mañana hay que madrugar...

Juan Carlos



5 comentarios:

  1. Caram amb la "pedreta", ens han vingut unes ganes de anar-la a veure, hehehe.
    Kata-Tjuta, només hi heu anat valtros?, no sembla que hi hagi massa gent.
    Pobrets cangurs, aquí ens mengem els pobrets vedells, els pobrets conillets, etc., i ben bons que estan, hehehe
    Ramon i Lluïsa

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  2. Quin parell de dies mes guapus!!!! Portaràs ja unes cuantes fotos no? M'agrada molt la tonalitat de l'Uluru!!! Ja ens ensenyaràs més fotetes xules ;-)

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  3. Per les fotos sembla que estiguéssiu sols a l'immensitat.

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  4. Bueno, bueno bueno...

    Impressionant la vostra foto juntets mirant la montanyeta aquesta tant maca que us ha fet matinar tant... jejejej
    Impressionant la llum, les fotos.... Ha valgut la pena, oi???

    GUAPOSSSSSSSSSSSSS

    Ingrid!!! menjant cangur????? pobrets.....

    Carol

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  5. Fantásticas fotografías de ese lugar tan enigmático.

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