Uluru se muestra imponente en los minutos previos al amanecer.
A lo lejos, Kata-Tjuta recuerda que ellas también están allí.
Repetimos salida de sol en Uluru. Pero la única nube que hay, la única, la arruina. Uluru continúa gris un buen rato. Por suerte lo disfrutamos ayer. Por suerte y porque cogimos dos noches aquí por si las
Llenamos el coche de gasolina en única gasolinera de la zona, que tiene el combustible a casi el doble que en cualquier otro sitio. En el desierto la supervivencia es lo que manda y aquí sobreviven a base de sangrarte. Cuando alquilas el coche, tienes 235km incluídos. ¿Por qué no 200 o 250? Porque el recorrido mínimo aeropuerto-Yulara-Uluru-Yulara-Kata-Tjuta-Yulara-Uluru-aeropuerto es de 220 más o menos, así que aunque el alquiler parezca barato, se lo cobran fijo.
Eso sí, en todas partes te dicen palya, que significa gracias. Y hablan de programas de formación laboral para los aborígenes . Pero sólo se les ve trabajando en empleos de segunda. De camareros, de empleados de gasolinera, etc. Y muy pocos. No sé hasta que punto la preocupación por ellos es meramente estética. Y en estos tiempos de globalización, da que pensar. Nosotros, el hombre blanco, que exige que los que vengan a nuestra tierra se integren y que echamos pestes sobre la invasión de comercios regentados por extranjeros, parece que hayamos olvidado que hace tiempo vinimos a Australia (y a América y a unos cuantos sitios más) e hicimos lo mismo. ¿Quién es el dueño de una tierra, de un territorio? ¿El individuo o la humanidad?
Últimas compras guiris en las tiendas y hacia el aeropuerto. Devolvemos a Cay deseando que lo jubilen pronto, porque con 25.000 km está un poquito perjudicado.
En el aeropuerto nos vienen a despedir unos curiosos insectos del tamaño de Uluru. Estos no te chupan la sangre, estos te hacen una transfusión.
Bueno, pues vamos a cogATENCIÓN, EL VUELO A SYDNEY TIENE RETRASO POR EL TIEMPO. ¡Joder con el tiempo!
Por eso siempre hay que llevar un cargador de móvil encima...
3 horas después por fin salimos hacia Sydney. Entre el retraso y el cambio horario (1'30h más que en Uluru) llegamos al hotel casi a las 10 de la noche. Por suerte en el aeropuerto había wifi gratuita (que detalles tienen en el primer mundo ¿verdad?) y hemos podido avisar al hotel. Nos han devuelto rápidamente un correo con la contraseña de una pequeña caja de seguridad que hay en la puerta, donde estaba la llave de la habitación y el santo grial de los viajeros: la contraseña del wifi.
Juan Carlos
Com es nota que estaves a l'aeroport, t'has posat trascendental amb lo de la integració... però tens molta raó, els occidentals, europeus principalment, históricament no podem donar massa lliçons d'integració.
ResponderEliminarRamon i Lluïsa
Però si 25.000 km no son res, que li han fet al cotxe aquest! Sort del carregador i el Wifi del aeroport! ;-)
ResponderEliminarBona reflexió que has fet a l'aeroport. Ai les wifis, que faríem sense elles....
ResponderEliminarargggggggggggggggggggggggg què era allò??? un mosquit?????
ResponderEliminarummmm pensant-ho bé... pot ser em podria fer una "liposucción" i perdria uns kilets... jajajajja
Carol