Como el Night Market estaba tan animado, nos vamos a ver que tal está en su versión diurna: el
Queen Victoria Market.
Me resulta curioso tanta referencia a Inglaterra. Desde la bandera hasta los nombres de muchos sitios o la cara de la Reina Victoria en la moneda. Cierto es que fueron colonia inglesa, pero... Nueva Zelanda, por ejemplo, está votando entre varios diseños nuevos de bandera.
En eso también se parece a EEUU; no tienen una gran historia (aborígenes aparte), ni unas tradiciones antiquísimas (aborígenes aparte) y todos provienen de inmigrantes (aborígenes aparte).
Aparte de la "zona guiri", hay una zona de alimentación en la que parece que te atiendan desde el escaparate.
Como hemos ido haciendo cambios sobre la marcha en lo que queríamos ver, lo que tenemos para hoy es a la puesta de sol, así que para matar tiempo (y dinero) volvemos a un centro comercial que ya habíamos estado, el
Harbour Town Centre, a por alguna cosilla que habíamos dejado pendiente.
Para llegar hasta aquí hemos usado el tranvía 35 y hemos visto una imagen que muestra bastante bien lo que a mí me trasmite la sociedad australiana.
El 35 es el
city circle, un tranvía gratuito como todos los del centro de la ciudad pero que al ser circular y de coches antiguos, lo usamos principalmente los guiris. Una parada antes de bajarnos veo que el conductor habla por la ventanilla con un abuelete entrañable que está en el andén. El conductor le convence para que suba, pues parece que el abuelete anda algo perdido.
El conductor de un tranvía gratuito para guiris (imaginad esto allí, o sea ahí donde estáis vosotros) se baja del tranvía para ayudarle a subir. Después, no arranca hasta que no comprueba que está sentado. Una parada más tarde, el chófer vuelve a salir para ayudarle a bajar y le indica hacia donde debe ir. Pura amabilidad australiana, muy parecida a la de EEUU. ¡Cuánto tenemos que aprender!
Hoy toca comida ligerita, que se acerca el inicio de la "Operación Galets", así que una pita de pollo nos sienta divinamente.
El tranvía circular nos llevará a dar una vuelta (valga la redundancia) a la ciudad hasta Federation Square, donde cogeremos el tranvía 16 hasta St Kilda, que está a 5km. En la foto se puede apreciar la playa de St Kilda y el skyline de Melbourne al fondo.
Hay un montón de gente haciendo kitesurfing en el puerto.
Pero no hemos venido aquí a ver surferos. Hemos venido a ver pingüinos.
Los pingüinos (que ya deberíais saberlo del GOR) regresan a tierra tras ponerse el sol. Aquí hay una colonia instalada en las rocas del rompeolas que hay detrás y debajo de esta pasarela de madera, así que llegan nadando y aparecen por cualquier parte. Nos colocamos junto al trocito de playa que hay con la esperanza que alguno quiera pasar por tierra.
Llegamos nada menos que dos horas antes de la puesta de sol, lo que se transformara en casi tres horas de espera antes de que aparezca el primer pingüino en el agua. En la roca aparece uno cuando todavía hay luz, lo que me permite hacerle una foto decente.
¿Qué bicho esUN PINGÜINO, que ya lo has dicho antes!!
El pequeño trozo donde llegan estos bichejos se llena de turistas y de voluntarios que velan para que se pueda disfrutar al máximo de ellos pero molestándolos lo mínimo. Para ello no dejan sentarse con los pies colgando hacia la arena ni hacer fotos con flash, pero ellos portan unas linternas con filtros rojos con las que los van iluminando para que se les vea, porque cuando llegan es de noche totalmente.
Tenemos la suerte de que se pasean o se paran justo delante de nosotros. Son preciosos, muy graciosos y hacen un ruido curiosísimo.
Y ya no hay más fotos. Ha empezado a soplar un viento helado que nos ha hecho ir casi corriendo hasta el tranvía... Así que eso es todo por hoy...
Juan Carlos