15/11 Rockhampton

Nos despedimos de Hervey Bay. Ha sido una buena base para visitar Fraser Island. El albergue de mochileros donde nos hemos alojado es el ejemplo de este tipo de alojamientos, muy popular aquí.

La cocina es compartida (nevera incluída), hay una barbacoa comunitaria, hay día de pizza y peli, se puede trabajar a cambio del alojamiento (de jardinero, de chófer, de ...), el precio no es caro y está más que razonablemente limpio.

Para mantener los precios bajos, te cobran por todo. No es una crítica, es la constatación de que es la manera de ser competitivos. Hay wifi gratis, pero 300Mb por día (que dan suficiente para publicar el blog y navegar un buen rato). El aire acondicionado se paga aparte. El check-out es las 9:30 y tienes que llevar la ropa de cama y toallas a la recepción. Tiene otras cosas gratis: la sonrisa de Sarah y su gran disposición de ayudarnos para averiguar cómo se pagan los peajes. Además estuvo en Barcelona el año pasado y le encantó. Thank you, Sara!










Aussie, nuestro coche
para estos días, sigue esperándonos en la puerta a pesar de que le abandonamos para ir a Fraser Island. Hoy estaremos bastante con él, porque lo único que haremos en todo el día es conducir 400km hasta Rockhampton. Poca cosa hay que ver por el camino.

Para comer hemos parado en un super y nos hemos aprovisionado con un pan de queso tiernísimo que rellenamos con jamón y nos lo comemos en una zona de descanso de las muchas que hay en la ruta.










El pan tiene tan buena pinta que enseguida hay quién se apunta a comer...

Lo cual me recuerda que hoy toca la siguiente edición de ...

¿Qué bicho es éste?

El primer concursante, del que ya hemos visto su vídeo de presentación, es éste:





En otras paradas del viaje, encontramos otros dos participantes. Debido al tamaño de la foto, esto es modo experto:



















Podéis poner vuestras respuestas en los comentarios, siguiendo el orden en que están los pájaros.

Por si a alguien no le gusta este concurso, tengo otro: ¿Cuántos vagones tiene este tren? Ganará el que más se aproxime, sin pasarse, al número justo!

Las carreteras aquí son muy rectas. Y los controles de velocidad muy severos. La combinación de eso con 400km da mucho sueño. Decidimos parar a tomar algo en un sitio que parece tener encanto. El encanto de ser el único en la zona.










Bueno, no pinta tan mal. Pasteles caseros, ambiente tranquilo... Pido un té y me pregunta que tamaño quiero, señalando los vasos de muestra (típico vaso de porexpan con tapa de plástico). Le digo que el mediano, lo llena de agua caliente y le pone un sobre dentro... ¿Esa es la diferencia? ¿Me vas a cobrar $1 más por un chorretoncillo de agua caliente? Vamos, no me jodas...

El último tramo se pone a diluviar. Por un momento he pensado que el océano se había dado cuenta que estábamos al revés y estaba siguiendo la gravedad, tal y cómo la conocemos. Después he pensado que debía ser el satélite de Google haciendo las fotos con flash para los mapas, pero eran rayos.

Nos hemos cruzado con un coche que acababa de atropellar a un canguro, lo cual es un fastidio porque además de matar al pobre bicho y de tener que pagarte el arreglo del coche, te cae una multa que te acuerdas del animal para toda la vida. Así que a 50km/h llegamos sanos y salvos (y secos) al hotel.

¡Hasta mañana!


Juan Carlos