6/11 Dubai

Dubai. ¿Cómo te imaginas Dubai?

Tal vez como una ciudad árabe anclada en la tradición... Tal vez cómo una ciudad moderna, cosmopolita y con dinero para (mal)gastar...

Los consejos para viajeros dicen que una mujer no tiene problemas aquí por viajar sola, pero que en pareja era mejor no mostrar signos de cariño. Por eso me extrañó ver a dos cogidos de la mano, paseando. Dos hombres. Con chilaba blanca. Al parecer no es que fueran homosexuales, sino solamente amigos. En serio, que aquí los amigos pasean cogidos de la mano pero no puedes besar a tu mujer. Cómo a los que vienen les pedimos que se adapten a nuestras costumbres, yo he intentado adaptadarme a la de aquí, pero el recepcionista del hotel no estaba conforme en cogerme de la mano para llevarnos hasta la habitación. Que hi farem...

La primera impresión de Dubai es que está a medio terminar, hay muchos solares en construcción y terreno vacío por doquier. Esto lo pillan Bárcenas y Pujol y la que lian.

La segunda impresión es que tienen tanta pasta como complejo de inferioridad. Si unes Las Vegas con New York y lo riegas todo con petrodólares, sale Dubai. Bueno, la zona nueva; empecemos por lo primero que visitamos: el zoco del oro y el de las especias.

El zoco del oro comprende una gran calle llena de joyerías y joyerías y joyerías, atravesada por callejones llenos de tiendas de turistadas y cosas con la bandera dubaití (por lo visto hay un concurso de calles engalanadas con esa bandera y hay cientos de objetos rojiblanquiverdinegros).







En el zoco de las especias hay... bueno, sólo vimos un trocito de una callecita y tenía especias, como era de esperar.

Un paseíto por el zoco. Atentos al bolso de la mujer que viste de negro y que sólo se le ven los ojos.

Esta es la parte antigua de la ciudad, donde se ve la gente más normal y humilde (menos la del bolso de Loewe). Después sí que veriamos algún cochazo de superlujo, pero sólo en el centro. Como era de esperar muchas mujeres que sólo mostraban los ojos. Para comer o beber se levantan la ropa con una mano y con la otra comen sin que les veas nada. Sin embargo, junto a ellas puede haber otra mujer (árabe, no guiri) escotada, con ropa ceñida y hasta tatuajes y todo se ve muy normal.







Decidimos atravesar el río. ¿Para qué? Para ir al otro lado. Además, así cogiamos un taxi al otro lado y nos ahorrábamos un dinerillo, que los taxis son baratos pero no hay que abusar. Hablando de taxistas, el primero que cogimos nos ofreció hacernos de guía y llevarnos a ver todas las cosas de la ciudad durante unas 3 horas. Empezó en 450 dirhmans y fue bajando hasta 250, que fue cuando decidió que si yo había insistido en que pusiera el taxímetro, es porque algo habría leído en tripadvisor...

Para atravesar el río cogimos una de las tradicionales abras o barcucho de mierda barcaza tradicional que por 1 dirham te lleva al otro lado.







Una vez sanos y salvos al otro lado, taxi al zoco de Madinat Jumeirah. Es un zoco pijo, con cosas caras y carísimas y restaurantes caros y carísmos. Es artificial, es decir contemporáneo aunque construído con el estilo antiguo.







Desde aquí se ve el hotel Burj al Arab, de 7 estrellas, símbolo del boom inmobiliario que es esto. ¿A que la foto quedaría mejor desde el puente, justo pasar esa caseta de madera con un guardia? Pues no se puede porque es sólo para los del hotel. Tócate los huevos.







"¿Y las fotos de la comida?"

Ya va, Carol, ya va... Como estamos en Dubai, famosa por su couscous y su carne halal, nos decidimos por hamburguesa y sandwich club. Ya ves. Excéntricos que somos.






Sí, nos hemos comprado un palo de selfie... pero ¡es que siempre teníamos que pegar la cara al plato para que se nos viera!

En la calle hace calor, más de 30 grados, así que otro taxi con su aire acondicionado nos lleva hasta Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo. Bueno, nos lleva a la tercera, porque primero nos lleva a la entrada del edificio, hasta que allí le indican que los turistas entran por otro lado y nos da otro paseo hasta el Dubai Mall para que entremos por allí. Con la de taxistas que hay, y pillamos al nuevo.

Al final del vídeo se ven las famosas fuentes de Dubai. Luego hablamos de ellas.

El mirador sólo da hacia un lado, el resto se ve a través de cristales. Hay tal cantidad de polución (o arena, vaya usted a saber) que la visibilidad es escasa. Con el teleobjetivo de la cámara se llega a intuir las islas artificiales de la palmera y del mundo, pero muy mal. De hecho, la puesta de sol la podemos ver mirando al sol directamente sin problemas.

Cae la noche y la vista mejora mucho. Empieza el espectáculo de las fuentes de Dubai (copia de las del Bellagio en Las Vegas) así que bajamos para verlo a ran de suelo.







Al bajar me fijo en un detalle muy de @equipsdesuport (¡síguenos en twitter!). En el piso 125 hay una zona de rescate para personas en silla de ruedas si pasara algo en el edificio.







Desde abajo e iluminado... es precioso.







Dentro del Dubai Mall, el centro comercial, hay de todo. Más de 1.200 tiendas. Pero vamos... Un Zara, un Desigual, una DKNY... Como en casa.

Es caro para cenar, pero hay mucha variedad. Lo más destacable es la piscina el acuario inmenso, con tiburones, mantas y otros peces raros, que se puede ver por fuera (sin acercarte a menos de 2 metros) o pagar para pasar por un túnel de cristal.













Cenando me acuerdo de Paqui y Gabi, que seguro que saben que pone en esta lata...







Os pongo un vídeo con unos bailes tradicionales de la zona, a ver que os parece.

¿Decepcionados? Pues eso. This is Dubai.

A ver si el espectáculo de la fuente os gusta más. La verdad es que está muy logrado.

Hasta aquí, Dubai. A ver si nos vamos aclimantando al cambio horario, porque tengo hambre y sueño a todas horas (como si estuviera en casa, vamos).

Good bye, Dubai (perdón por la rima pero peor fue lo de hawai, bombay son dos paraisos...y bien que lo cantábais).


Juan Carlos