miércoles, 2 de diciembre de 2015

1/12 Sydney III

Un nuevo día implica un nuevo desayuno. Y ya está bien de bacon y huevos. Ya está bien.

Pido salchichas y huevos.







Cogemos el metro (o tren, no sé muy bien) y vamos hasta el extremo norte del Harbour Bridge.

Allí buscamos unas escaleritas que suben al puente para cruzarlo a pie. Por suerte no hemos alquilado bicis, porque pasan por el lado derecho y la Ópera House está al lado izquierdo, reservado a viandantes.

Una verja antisuicidios parece que va a arruinar la posibilidad de hacer buenas fotos, pero enseguida vemos que hay una abertura para la cámara. Ahora sólo arruinará las fotos mi pericia haciéndolas o sujetando la cámara.







El puente mide.... yo qué sé lo que mide, pero ya hace calorcito y nos vamos parando cada 10m para hacer fotos y comentar lo que vemos. Espero que las 4 baterías que llevo para la cámara me duren hasta el final del puente...







En el pilar del otro extremo hay un minimuseo (está en un pilar, no da para más) y se puede subir hasta arriba (unos 150.000 escalones, o eso me parece a mí) para tener unas vistas impresionantes de la bahía y de la Ópera House desde el Pylon Lookout. Eso sí, pagando. Nos ha jodío...







¿Os acordais ayer de los que subían por el puente? Aquí se les ve subiendo...







Fotos y más fotos... ¿Qué hora será? ¡Pero si tenemos entradas para la ópera (bueno, para visitarla) dentro de media hora! Casi corriendo llegamos justo a tiempo. Incluso nos paramos por el camino a comprar algo que se pueda comer andando.







Empieza la visita guiada y nos explican mil y un detalles sobre la Ópera y su construcción. ¡Qué bien entiendo el inglés! Ah, no... que es en español...

Resulta que el arquitecto se enfadó porque le trataron muy mal y se marchó de Australia (era danés, como las galletas esas de la caja metálica azul) sin haberla terminado y nunca llegó a verla acabada. Vaya pataleta más tonta.







Cuando vamos a entrar a la sala principal la guía nos dice que estamos de suerte porque está ensayando la Australian Opera, la orquesta residente. Abre la puerta y se oyen unos compases... Entramos y están recogiendo los instrumentos. Pues vaya suerte de mis cojones, porque no les oímos porque se están yendo, pero no podemos hacer fotos porque aún están...

En la siguiente sí vemos cuatro pasos de la compañía de ballet australiana, que está interpretando la bella durmiente. Me sorprendo de lo alta que es la bailarina. También me sorprendo cuando Ingrid me dice que es porque va de puntillas todo el rato.

La estructura de la Ópera es impresionante. ¿Sabíais que no es blanca, sino que está alternado con beige porque si no cegaría con el potente sol australiano? Yo tampoco.







Esto lo hace el Calatrava y no queda ni un baldosín... A la salida volvemos a admirar el bonito Harbour Bridge y a las hambrientas gaviotas. Como te descuides, te quitan la comida de la mano, literalmente. En un Mac Donald's cercano hacen guardia en la puerta y a la gente que sale con comida en la mano, la persiguen.







Nos acercamos a una colina cercana a tener buenas vistas del puente... y a estirarnos en el césped. Al acabar el día habremos caminado casi 15km.







Entre esta colina y el puerto hay un barrio pequeñito y monísimo, The Rocks, con calles pequeñas y adoquinadas y casas de obra vista o piedra, comercios bohemios y restaurantes carísimos.







Por suerte encontramos uno barato y donde probamos la mejor hamburguesa (sí, amigos...) en lo que llevamos de viaje. Además la camarera es una enamorada de España y (dile tonta) del jamón ibérico.







Como detalle curioso, la hamburguesa lleva aioli...







Esperamos a que anochezca para pasear por el puerto de noche y ver la Ópera iluminada. ¡Me he dejado el trípode en el hotel! Por suerte encontramos una família estupenda de Vitoria que no llevan flash, así que gracias a la economía del trueque, todos nos vamos con nuestra foto.













De vuelta al hotel, nuestra línea de metro no funciona y tenemos que subir en un bus alternativo que, por suerte, para un poco más cerca de nuestro hotel. Mis pies lo agradecen...

Juan Carlos

8 comentarios:

  1. Hola!!!
    Un saludo de los Vitorianos!! Gracias por la foto! Aquí nos teneis leyendo el blog.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Quines coses, ara ens diràs que s'ha de pagar per tot, hehehehe.
    Les gabines són això, gabines, no són tontes i si és més fàcil "mangar" el menjar que anar-lo a pescar al mar, doncs...
    Ara que ja has après a nedar, hauràs d'anar a fer caminadetes cada dia, així no et queixeràs de caminar 15 kilometrets al dia, hahahahaha
    Mira que anar a Sidney per menjar-te una hamburguesa amb "alioli", hehehehe.
    Ramon i Lluïsa

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  4. jajajaja que bona la comparativa amb el Calatrava, però tens raò!!!! Un edifici espectacular! Les gavines no seran les de la pel.lícula del Hitchcock no? Per cert esteu molt morenos!!! Crec que tindriés que obrir un blog de hamburgueses del món i anar puntuantles ;-P

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  5. Nois, no vull ser "aguafiestas" però us queda una setmanetaaaa!!
    Després de passarne 4 per vosaltres estareu cap el final, no?
    Ho sento però ja tenim ganes de veure-us!!! i elnenmésguapodelmón té ganes que el porteu al parc.
    Després de fer tantes coses, us recordareu de tot? Quan temps teniu la impressió que heu estat? Heu fet molt i molt variat. Semblen molta viatge en un de sol. Que intens,

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  6. aaaaaaahhhh! no em funciona bé!!!
    Vaja, que està sent super interessant. I el millor és que s'us veu molt i molt feliços.
    M'alegro que tot vagi tan bé. Em feu molta enveja.
    Un petó!

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  7. Aquesta part m'agrada molt.... què xulo l'edifici... i les vistes i... TOTTTTTT

    Continuo dient que esteu guapíssims!!!!

    Carol

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