lunes, 7 de diciembre de 2015

6/12 Port Campbell

Segunda (y última) etapa de la GOR. Está nublado. Hace frío. Incluso sacamos la chaqueta, por si acaso. ¡Chaqueta! Como si estuviéramos a 3 semanas de Navidad...

Nos llaman a la puerta de la habitación para recordarnos que es la hora de marchar... y que tenemos que pagar. Resulta que ayer llegamos algo tarde y habían cerrado. Es un motel de carretera como los de las pelis australianas americanas y al encontrar la recepción cerrada, me veía durmiendo en el coche. Pero en la puerta había una notita:







Así que la señora del hotel, una especie de Jessica Fletcher aussie, nos recordaba que el check out era hacía 20 minutos y que tenía la máquina de la Visa calentita. Al tiempo que nos cobra nos aconseja una paseíto por un rainforest (bosque húmedo, que parecéis nuevos...) próximo. Para allá que nos vamos.

Se trata del Maits Rest, donde hay una caminito a través del bosque para dar un paseíto de 800 m. El reto aquí es poder ver caracoles asesinos carnívoros que son endémicos (únicos, para los de la LOGSE) de esta zona, aunque ya os adelanto que no tendremos suerte.

Sigue impresionándome la naturaleza desbordada y los pedazo de troncos que hay en el bosque. Aquí el Tió debe cagar dúplex amueblados y con jardín.







Ponemos rumbo al faro de Cape Otway, no para ver el faro que no vale una puta mierda gran cosa y además te cobran un pastón, sino para ir haciendo paraditas por la carretera que llega hasta allí. ¿Porqué? Porque pasa por un bosque de eucaliptos. ¿Y qué hay en los bosques de eucaliptos?

Exacto. Hay coches circulando muy despacito, con toooodos los ocupantes con la cabeza pegada al cristal, mirando hacia arriba y que, al ver un coche parado, paran todos.

¿Y qué miran esas personas? Koalas. ¿Pero no se estaban extinguiendo? Pero si hay por todos los lados...







¡Uf, si ya es mediodía! Un señor muy amable, en lugar de enfadarse porque nos metemos en su casa con el coche y todo pensando que era un bar, nos indica con todo lujo de detalles que a 15km encontraremos varios restaurantes. Sólo le falta decirnos el menú. "¿Habrá hamburguesas?" le pregunto. "Sí", dice él. Arrancando para allá.







Aún sigo pensando si las patatas son para acompañar la salchicha o al revés..

Parece que en esta zona a los animales les gusta más cruzar la carretera que en Queensland, porque a punto estuvimos de pinchar...







La última etapa es en los alrededores del hotel. Visitamos varios miradores en acantilados cercanos, en especial una zona conocida como los Doce Apóstoles, aunque sólo quedan 8... Ahí van fotos de algunos de esos sitios.

























Y estos son los famosos Doce Apóstoles. Los otros están detrás...







Las nubes y la calima deslucieron bastante la vista y por supuesto la puesta de sol.

Justo después de ponerse el sol, cuando ya está muy oscuro, la colonia de pingüinos que vive aquí vuelve a la costa a dormir. Son graciosísimos (y las fotos muy malas, porque se ven de lejos y muuuuuy oscuro). Cuando están casi en tierra, las olas los arrastran de nuevo al mar. O una gaviota les asusta y vuelven ellos corriendo al agua. Y vuelta a empezar. En total vimos 3 o 4 grupos como el de la foto, y los vimos en la pantalla de la cámara, porque en visión directa solo se intuían.







Volvemos 44km hacia atrás a visitar un trocito de bosque que hemos inspeccionado antes. Para que os hagáis una idea, en esos 44km no nos hemos cruzado con nadie. Ni un coche. Sólo 3 canguros del tamaño de Michael Jordan (que saltaban igual) y que se han quedado a 2cm del coche. Buenos frenos, Vic.

Al llegar al bosque, hay que andar un poquito, sólo con una linternita, para adentrarse en una especie de túnel natural hecho por las plantas, donde dicen que se ven luciérnagas. Sí, 44km de noche sin pasar de 50 km/h por miedo a los canguros. Y luego vuelve.

El espéctaculo es precioso, aunque no hay muchas (40 o 50 en 10m). Recuerda a cuando apagabas la luz en la habitación y tenías aquellas estrellas fluorescentes adhesivas enganchadas al techo (pero sólo te habían comprado un paquete para todo el cuarto).

De vuelta se nos cruza una manada de canguros. Unos 8 o 10, aunque estos más lejos del coche. Vaya carreterita...

Parece que se ha abierto un claro en las nubes. Mi última oportunidad de fotografiar el cielo nocturno australiano. Aunque el resultado es algo pobre, me quito un poquitín la espinita...







Juan Carlos

3 comentarios:

  1. Apa que si la nit abans no haguéssiu tingut cobertura, com podíeu entrar al Dropbox per saber la clau?

    Sembla impossible que no caiguin dels arbres els koales.

    Ep!, potser sí que l'havien portat d'Alemanya la salxitxa, 8 dolars per "això"...., esclar que si era una zona turística apartada de tot doncs.....

    Molt bonica la costa i els apòstols i els pingüins i el cel nocturn... peròmno hem vist els cangurs, hahaha.

    Ramon i Lluïsa

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  2. Fred??? No pot ser! Jajajaja! Sou uns experts en l'avistament de Koales a aquestes alçades. Suposu que no us la van vendre com a saltxitxa XXL oi? ;-p Uns acantilats guapíssims!!!!!! :-)

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  3. homeeeeeeeeeeeeeeeeeeee La foto del cel està super bé.... i les de les platges... impressionant els colors....

    A partir d'ara et diré JUAN CARLOOOOOO

    jajajajaj

    (la saltxixa impressionant també....jejejejej) ;)))

    Carol

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